Dos monjas y 60 niños torturados
En diferentes partes del mundo se han reportado numerosos casos de abuso infantil en menores de edad que se encuentran bajo la tutela institucional ya sea a manos del estado u otras organizaciones. Establecer un control minucioso de las acciones y circunstancias de los trabajadores en estas instalaciones, resulta sumamente difícil en la mayoría de los casos.
Como ejemplo, en la ciudad de Popayán (Cauca, Colombia), dos mujeres que siempre vestían los hábitos propios de las monjas han sido acusados de tortura agravada a más de sesenta niños que residen en un albergue de la región. De acuerdo a la información aportada por los medios locales, a pesar de los hábitos las mujeres no eran realmente monjas.
Según la investigación de la Fiscalía del Cauca, se pudo comprobar que estas mujeres no pertenecían a ninguna comunidad religiosa, siendo identificadas como Sor Inés Pérez y Rosa Elvira Tróchez. De acuerdo a las acusaciones, ambas habrían cometido actos reiterados de maltratos a los menores bajo su cargo en el Hogar Renacer Santa Clara, que suele albergar a huérfanos y desplazados por la violencia que experimentan ciertas regiones del país.
Las acusaciones se derivan de las decenas de denuncias de algunos ciudadanos que fueron testigos de algunos de los hechos. Tras las demandas, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) logró rescatar a varias de las víctimas. Al parecer, los delitos de abuso ocurrieron entre los años 2014 y 2017, siendo clausurada la institución en varias ocasiones, de acuerdo a Noticias Caracol. "Necesitamos el apoyo de la Secretaría de Gobierno del municipio para que, de manera definitiva, se cierre ese albergue", reclama el director del ICBF del Cauca, James Ruiz. Aunque actualmente el albergue se ha cerrado nuevamente y se prevé el inicio del proceso de extinción del dominio, con el objetivo de expropiar a los dueños por las actividades denunciables que ocurrían.
Según los testimonios de los propios menores, las supuestas monjas les quemaban las manos, les cortaban el pelo, especialmente a las niñas e introducían sus cabezas en los retretes y a pesar de todos los testimonios y las demandas de los ciudadanos, las implicadas continúan negando su culpabilidad. Por su parte las autoridades continúan investigando el caso.
