Quito y Bogotá dan un ultimátum a los narcoterroristas de la frontera
Luego de 18 días de reportado el secuestro de tres periodistas ecuatorianos que trabajaban en la zona fronteriza con Colombia, las imágenes de lo que aparentemente son sus cuerpos ultimados han removido el panorama del área, ya bastante caldeado por el incremento de la violencia de las fuerzas paramilitares del narcotráfico contra los miembros del ejército ecuatoriano.
Los Gobiernos de Ecuador y Colombia actuarán sin contemplaciones, manifestó el presidente Lenín Moreno, quien dio un plazo de 12 horas para tener noticias del equipo de prensa, pues aunque la cadena colombiana RCN dio a conocer las imágenes de los presuntos cuerpos, lo cierto es que ninguna autoridad oficial ha querido certificar si realmente los informadores perdieron la vida en manos de los narcoterroristas.
El mandatario ecuatoriano no perdió un segundo e inmediatamente de su regreso a Quito, luego de participar en la Cumbre de las Américas, ofreció declaraciones a la prensa, en las que de forma enérgica dijo que en caso de que no se proporcionara información de que los periodistas están vivos, en el plazo de 12 horas, irían con toda la contundencia y sin contemplaciones para sancionar a estos violadores de todos los derechos humanos, expresó Moreno. Vamos a darles lucha en el campo que ellos han escogido y los vamos a derrotar, advirtió.
Por su parte, el presidente colombiano Juan Manuel Santos dijo en su cuenta de Twitter que Colombia reiteraba su apoyo, tanto en lo político como en lo militar, para enfrentar a estos grupos. Colombia, sin embargo, debería ser quien resolviese en la frontera los problemas ocasionados por el tráfico de estupefacientes, pues esa es una herencia de más de 50 años de conflicto armado; y también del impulso al narcotráfico que se le dio con el Plan Colombia, que dotó de armas a todo el que quisiera, bajo el pretexto de las guerrillas.
Los periodistas desaparecidos son del diario El Comercio, y se nombran Javier Ortega, periodista de 32 años; el fotógrafo Paúl Rivas, de 45, y el conductor Efraín Segarra, de 60. Fueron secuestrados al adentrarse en la conflictiva zona de Mataje, en la región norte del país, para hacer un reportaje sobre el clima de violencia la provincia fronteriza de Esmeralda.
