El eterno Martin Luther King
Este miércoles 4 de abril se recordó con tristeza el asesinato del líder del movimiento por los derechos civiles, el doctor Martin Luther King, quien dedicó toda su vida a exigir el fin de la discriminación en los Estados Unidos, donde a 50 años de su muerte todavía persisten las desigualdades raciales.
Las paginas sociales reseñan su legado y recuerdan que cuando fue asesinado el doctor Martin Luther King "ya era eterno", Había pronunciado 2.500 discurso, encendido el alma de millones de americanos y denunciado las injusticias de siglos sobre millones de afro-norteamericanos. Hoy, en Estados Unidos y en diferentes latitudes del mundo se recuerda la vida y obra de este pastor bautista que fue condecorado en 1964 con el Premio Nobel de la Paz. El 4 de abril de 1968, se disponía a apoyar la huelga de los basureros en Memphis cuando fue alcanzado por una bala de un rifle Remington-Peters, ese proyectil privó a la humanidad de uno de los activistas más destacado e incansable de todos los tiempos, pero nos dejó un legado, que desde entonces las personas sueñan que un mundo mejor es posible.
El disparo que asesino Martin Luther King aun resuena en los oídos de su país y los resultados de su lucha aún no finalizan. Las desigualdades raciales, persisten especialmente en torno a la pobreza negra, la taza de encarcelamiento y brutalidad policial, esa senda imperfecta ni siquiera el haber tenido un presidente negro fue suficiente. En las más resientes estadísticas refieren que los afro-estadounidense sufren tres veces más expulsiones y suspensiones escolares que los blancos. Además, el ingreso económico medio representa la mitad del de las familias blancas, siendo solo el 13 por ciento de la población.
Recientemente en la Gran Marcha por la Vida que fue llevada a cabo en varias ciudades de Estados Unidos, la nieta de King, Yolanda Renee, una pequeña de apenas nueve años de edad, se subió en una tarima para recordar las palabras de su abuelo cuando expresó que sus cuatro hijos no fueran juzgados por el color de su piel, sino por el contenido de su carácter, intentando una vez más abogar por los principios de no discriminación.
