Algunos de las FARC no podían aceptar la paz
Recientemente el mundo en pleno condenó las acciones de un grupo de ex miembros de la organización guerrillera FARC, quienes incapaces de aceptar el proceso de paz, fueron culpables de la muerte de tres periodistas ecuatorianos. Apenas una semana después del terrible suceso, dos civiles de esa nación latinoamericana, Vanessa Velasco Pinargote y Oscar Efrén Villacís Gómez, fueron secuestrados por la ese grupo colombiano, radical y terrorista, que es a la vez uno de los remanentes del conflicto armado paramilitar más antiguo de la región.
La reciente identificación de los dos ciudadanos, y la posterior notificación pública del suceso se realizadó durante una operación desarrollada por el Gobierno de Ecuador, poco después de que los secuestradores hicieran los primeros contactos.
Patricio Zambrano, ministro de Defensa ecuatoriano, notificó que los dos jóvenes son originarios de la provincia de Santo Domingo, en las cercanías de la ciudad de Esmeraldas. Además, no consta ninguna relación de ellos con fuerzas militares de su país o de Colombia. El político afirmó categóricamente ese dato, producto de que varios medios de prensa han difundido una idea falsa de la profesión de las víctimas.
El líder del grupo disidente, Walter Artízala, alias Guacho, se ha dado a la tarea de sembrar el terror en la frontera entre los dos países desde hace varios meses. El terrorista divulgo el hecho de que tenía en su poder a los dos ciudadanos colombianos mediante un vídeo de prueba de vida que divulgó a través de las redes sociales. A través de las imágenes grabadas, el delincuente exigió un intercambio de personas para así lograr la libertad de varios de sus colaboradores detenidos por el gobierno y la justicia de Ecuador.
Exigencias similares ya habían sido realizadas durante el secuestro de los dos periodistas y el chofer del medio de comunicación El Comercio. A pesar de las gestiones para salvar la vida de esos trabajadores, el grupo de Guacho finalmente los asesinó sin que los diálogos llegaran a buen puerto.
En el video se aprecia como uno de los secuestrados es obligado a punta de pistola a solicitar de manera directa al presidente Lenin Moreno su atención para evitar que su suerte sea la misma que la de los empleados de El Comercio. Al parecer de ese modo los terroristas pretenden a instar al gobierno ecuatoriano a cumplir con todas sus demandas.
El grupo de Artízala exige la liberación de al menos ocho detenidos, miembros de su banda, que se encuentran en manos de la policía ecuatoriana. A cambio, los dos rehenes serán puestos en libertad. De acuerdo con las increpancias, el gobierno de Moreno deberá liberar a los seguidores de Guacho entre el viernes y sábado próximos, en la región de Mataje.
Hasta el momento, las autoridades se resisten a cumplir con los reclamos del grupo paramilitar. El ministro del Interior de Ecuador, César Navas, ha enfrentado directamente a Artízala y sus hombres, tildándolos de cobardes y sanguinarios.
“Lo único que buscan es arrebatarnos la paz y la tranquilidad de nuestro país. Su objetico no es otro que sacar su droga a través de nuestro territorio nacional, empleando el río Mataje. Pero no lo vamos a permitir”, aseveró Navas.
Las acciones para frenar el tráfico de estupefacientes por esa área se implementan desde 2017. Sin embargo, en estos momentos Ecuador se enfrenta a una ola de represalias por parte de los narco-paramilitares colombianos. Para el ministro Navas con la paz no se negocia y además señaló que desde el pasado martes, el Consejo de Seguridad Publica y de Estado de su país se reúne continuamente para analizar la situación y el enfrentamiento a los terroristas. Para el político ecuatoriano, la prioridad de su país ahora debe ser buscar y capturar a Guacho y sus hombres hasta hacerlos pagar por sus crímenes ante la justicia.
De momento, el presidente Moreno señaló que Ecuador ya no auspiciará más las conversaciones del gobierno de Colombia con el grupo armado Ejército de Liberación Nacional.
