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jueves, 19 de abril de 2018

A los famosos también se les puede estafar

Por Jany

Un joven cibernético de tan solo veintiséis años es el protagonista de cientos de miles de fraudes que alcanzan la cifra de 541 millones de pesos. A través de ciberestafas concibió que las facturas de costosos viajes fueran pagadas por varias celebridades colombianas como Iván Villazón, Silvestre Dangond, Kathy Sáenz, Luly Bosa y Laura Acuña.

Este suceso debería servir como un llamado de alerta, pues la tecnología realmente ofrece infinitas facilidades, pero también incluye muchos riesgos. A pesar de que las compañías que manejan información privada de los usuarios, invierten cada día en la seguridad, no es suficiente. Se asume falsamente que eso está lejos de sucederle, pero no es real, los colombianos también son víctimas de delitos cibernéticos.

Jaime Alejandro Solano Moreno vivía como un rey, se daba lujos incalculables. Uno de ellos fue dar la vuelta al mundo, a través de visitas a destinos paradisíacos en vuelos de primera clase y siempre con hospedaje en hoteles de cinco estrellas. Egipto, África, Asia, Miami y México fueron algunos de los sitios visitados por Jaime.

Asimismo, los fines de semana disfrutaba de los destinos turísticos más codiciados en Colombia como Santa Marta, Cartagena y San Andrés. Pero ninguno de estos lujos eran producto de un trabajo honesto sino que el joven aprovechaba sus vastos conocimientos de informática para robar la identidad de algunos usuarios. Lo que le facilitaba la obtención de tiquetes que poco a poco lo enriquecían. Principalmente muchos de ellos fueron adquiridos a través de estafas a las cuentas financieras de disímiles famosos como Sofía Vergara y Juanes.

Estos conocimientos en informática que han sobrepasado la seguridad de disímiles compañías, bien pudieran haber sido empleados, para proteger los datos de los usuarios y no para robarles. Hacerse de dinero a través del robo que ganan honestamente los trabajadores colombianos, es indigno y merecen totalmente ser castigado. Pero este joven se ha hecho todo un experto en ciberestafas.

Desde los 23 años Jaime A. Solano se encontraba en privativa de la libertad, bajo medida domiciliaria, por haber cometido varios ciberdelitos. Así lo confirmó José Luis Vargas, el director de la Dijín, al expresar: “Estaba condenado por violación de datos personales y transferencia no aprobada de activos.” Resulta que este acto criminal correspondiente al año 2015 generó entre sus víctimas una pérdida que sobrepasa los 541 millones de pesos.

Para realizar esos viajes tan pretendidos, Solano utilizaba una falsa identidad que lo alejaba del compromiso con la policía. Por más que fue precavido, justo en los preparativos de un vuelo con destino a Cartagena en el aeropuerto El Dorado, fue capturado por la Policía Nacional. El Centro Cibernético de la Dijín ha dado a conocer, gracias a varias investigaciones que el joven, actuaba mediante dos modus operandi. Uno consistía en la creación de páginas falsas con el objetivo de apropiarse de los datos personales y las contraseñas de las cuentas de los usuarios.

El segundo robo de datos era por medio de llamadas telefónicas, simulando una supuesta actualización de la información. Cuando en realidad se estaba apropiando de las referencias de las víctimas para despojar sus cuentas y robar sus millas, de ahí que al joven se le conozca como “el rey de millas”. Las personas deben ser conscientes que dichas llamadas para supuestas mejoras deben ser tratadas con cautelas y siempre evitando ofrecer información que comprometa los datos de cuenta, porque podría ser una víctima de la ciberestafa. En ocasiones las cantidades son mínimas, por lo que resulta casi imperceptible para los usuarios. Usted puede ser una víctima y no saberlo.

Colombia reportó durante este último año 2017 una cifra superior a los 22.000 millones de pesos en pérdidas a causa de ciberdelitos. La policía se encuentra adentrada en una ardua campaña para que los ciudadanos concienticen la necesidad de proteger sus datos personales. Incluso para que los colombianos sospechen y no se dejen tentar por aquellas ofertas demasiado caritativas para ser ciertas. Cuando se compra tiquetes mediante plataformas electrónicas, es imprescindible fijarse en cada detalle, por ejemplo dirección y la URL del sitio web que corresponda con la compañía. Pues los delincuentes crean páginas que se asimilan a las de aerolíneas o agencias de viajes reconocidas a fin de apropiarse de datos de tarjetas de créditos y cuentas. Por otra parte las autoridades recomiendan solicitar la factura ya que los sitios web falsos, por lo general, no la emiten.

Las personas deciden qué hacer con sus potenciales y Jaime eligió el camino equivocado. Ojalá y en algún instante de su vida pueda retomar el buen rumbo. Sus viajes tendrán un mejor sabor cuando sean producto del logro propio. Mientras tanto a los usuarios solo les resta proteger su información privada de aquellos que como Jaime intentan despojarlo de sus riquezas.