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sábado, 31 de marzo de 2018

Tysfjord, el infierno de Noruega

Por Olivia Rosario Rodríguez

Tysfjord aparenta ser un pueblo apacible de Noruega, de esos donde la calma de los Fiordos hacen pensar al visitante que está en el paraíso. Sin embargo, para muchos de sus habitantes, la vida en esta localidad ha sido un verdadero infierno. Solamente viven dos mil personas y de ellas 150 han sido abusadas sexualmente.

La comunidad internacional se ha sorprendido ante la cifra revelada. Y es que casi el ocho por ciento de la población ha sido víctima de abuso sexual, incluyendo la violación de menores de edad. Los sucesos acontecidos en ese pueblo cercano al círculo Ártico, acontecieron a lo largo de casi siete décadas, entre 1950 y 2017, pero salieron a la luz pública este año.

La pregunta que muchos se hacen es ¿cómo nadie había denunciado esto antes? Pero sucede que, además de las amenazas de los perpetradores y la localización remota del lugar, la mayoría de las personas que en el habitan pertenecen a la comunidad indígena Sami, quienes son habitantes originarios de Escandinavia, actualmente expandidos por Noruega, Finlandia, Suecia y Rusia.

Nina Iversen fue una de esas pocas valientes que se decidió a hhacer algo al respecto, pues no quería para sus hijos la misma suerte que corrió ella. Desde pequeña fue violada en reiteradas ocasiones por miembros de su familia, razon por la cual los encuentros con sus parientes en vez de ser un momento placentero, siempre se tornaban una tortura.

En una entrevista ofrecida a BBC Mundo, la señora, que ya tiene 49 años, ofreció detalles de las vejaciones que sufrió contantemente. Resulta que cuando era adolescente pensó hasta en escribir un libro al respecto, pues siempre que hablaba del tema los adultos no la escuchaban, incluso, le llamaban prostituta y mentirosa. La misma situación la vivieron varia de sus amigas, a algunas hasta llegaron a escupir a modo de amenaza para que no hablaran de eso.

Nina explicó lo difícil que fue encontrar a alguien que la escuchara teniendo en cuenta su proveniencia. No fue hasta 2007 cuando una pareja de la zona logró posicionar en los medios de prensa una carta que envió al Primer Ministro donde explicaban el abuso sexual del cual fue víctima su hijo que por primera vez se habló de esa situación. Aun así, el gobernante del pueblo dijo que el problema persistía porque las personas no lo denunciaban cuando ocurría.

A pesar de su trabajo por divulgar los abusos y el trabajo directo con personas con historias similares Iversen no logró darle voz a sus semejantes. La esperanza de ser escuchados finalmente llegó en 2016, cundo un periodista publicó una artículo sobre losabusos sexuales de Tysfjord en el cual recogía el testimonio de 11 víctimas de ambos sexos.

Así salieron a la luz mças de un centenar de casos, específicamente 151 personas con edades comprendidas entre 10 y 80 años. De ellos, solo un puñado recibirá justicia por medio de los tribunales, pues muchos casos se fueron de término para el enjuiciamiento y otros tantos violadores murieron.

Muchas familias quedaron fracturadas y muchos violadores aún siguen libres, pero a Nina y a todos los afectados les queda la satisfacción de haber encontrado su voz.