Colombia eligió a su Congreso y sus candidatos presidenciales
Singulares fueron las elecciones de este domingo en Colombia, donde fueron sometidos a votación los candidatos al nuevo Congreso y donde también se realizó la consulta que definirá los candidatos, tanto de la derecha como de la izquierda, en la carrera por la presidencia del país. Lo novedoso, sin embargo, es que por primera vez la antigua guerrilla de las FARC se presenta como partido político, a pesar de que las opiniones al interior de la sociedad colombiana se mantienen divididas lo mismo con respecto a la paz firmada, como con relación a esta incursión de los excombatientes en la democracia.
Aunque cifras no oficiales daban como ganadores de la jornada a Iván Duque frente a los aspirantes presidenciales Marta Lucía Ramírez y Alejandro Ordóñez, candidatos de la derecha; y a Gustavo Petro frente a Carlos Caicedo, por la izquierda, con más del 98 % de las mesas escrutadas no cabe ninguna duda de los resultados. No ocurre del mismo modo con los candidatos al Congreso, los cuales tendrán que esperar un poco más. Alrededor de 9 millones de votos se habían registrado en la jornada dominical para la consulta, lo cual es para algunos un logro, sin embargo el padrón electoral colombiano registraba a unos 36 millones de electores que tenían el derecho de asistir a las urnas para ejercer el sufragio. Este país latinoamericano se ha caracterizado históricamente por altos niveles de abstencionismo, lo cual fue un fantasma pendiendo sobre los colegios electorales durante esta jornada y emite claras señales de cara a las presidenciales del mes de mayo.
Estas elecciones son muy especiales, reconoció el presidente Juan Manuel Santos en la apertura de la votación. De acuerdo con un reporte de la agencia Reuters, el actual mandatario colombiano dio capital importancia al debut de la FARC en la participación política y resaltó que lo que debían hacer los colombianos era salir a votar y vencer el abstencionismo.
Este fue un domingo de definiciones, no solo porque establecerá cuáles serán los contendientes de las presidencias del mes de mayo, sino porque definirá qué partidos tendrán las mayorías y, por tanto, el control del Congreso. Las bancadas que se disputan son 108 puestos como senadores y 172 de representantes a la cámara, y aunque el Congreso como institución está salpicado por escándalos de corrupción, reformarlo será de vital importancia para la nación, pues es allí donde se tomarán las decisiones más importantes en torno a la economía y la consolidación de la paz.
Pero sean cuales sean los resultados de los sufragios de este domingo, hay decisiones que marcan un camino diferente para Colombia. Ese es el caso de la incorporación, como fuerza política, de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), el partido que nació de la desmovilizada guerrilla que por más de cincuenta años anduvo por las selvas colombianas y que conservó la misma sigla para su nuevo escenario de actuación. La FARC tiene garantizadas cinco posiciones en el Senado y cinco más en la Cámara de Representantes de acuerdo con los términos del acuerdo de paz firmado con el Gobierno, incluso si no lograra los votos necesarios. Es por ello que Pablo Catatumbo, candidato al Senado de la FARC y antiguo comandante rebelde, no dudó en calificar a este domingo como un día histórico para el país. “Es la primera vez en mi vida que yo voto y lo hago por la paz”, destacó.
No obstante, todos no tienen la misma opinión sobre esta inserción de la guerrilla en el ámbito político. La sociedad colombiana está dividida entre aquellos que aprueban ese paso luego de la firma del acuerdo de paz en el 2016 y los que consideran que los excombatientes deberían estar tras las rejas por los crímenes cometidos durante el conflicto armado que dejó alrededor de 220 000 muertos. Esa misma polarización es la que parece estar obstaculizando el camino a la paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el cual ha estado muy activo en los últimos tiempos, pero que para estos comicios declaró una tregua unilateral para facilitar el proceso democrático. No obstante, el Gobierno colombiano no bajó la guardia desplegó una fuerza de 166 000 efectivos de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional en función de garantizar la seguridad y el normal desarrollo de las elecciones.
