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jueves, 22 de marzo de 2018

Colombia apuesta por el gas natural

Por MaryCary

El gobierno colombiano apuesta por el gas natural como combustible en la transición hacia una matriz energética basada en energías renovables. Al respecto se refirió el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia , Luis Gilberto Murillo, quien explicó que la visión que tiene la casa de Nariño es la de “un país neutral en términos de emisiones (contaminantes) en el 2050”, por lo cual las metas deben comenzar a cumplirse en el 2030.

Así lo manifestó en su intervención durante el Congreso de la Asociación Colombia na de Gas Natural (Naturgas), donde exaltó el papel de ese combustible en la transición energética, por ser menos contaminante que el petróleo o el carbón. Además, significó que la decisión gubernamental de impulsar políticas que fomenten energías cada vez más limpias tiene el doble propósito de cuidar la salud de las personas y de hacer la economía mucho más competitiva.

El país no debe ser ajeno al debate sobre la nueva matriz energética mundial, insistió por su parte durante la jornada Orlando Cabrales Segovia, presidente de Naturgas. Según reseña un cable de la agencia EFE el empresario enfatizó en que Colombia debe dar una profunda discusión sobre cuál debería ser la composición de la matriz energética, un debate que no debe limitarse solo al campo de la energía, sino que debe abarcar esferas del bienestar social como son el medio ambiente y la salud pública.

En este sentido, tanto él como otros especialistas presentes en el congreso coincidieron en que el gas natural es actualmente la apuesta más firme, por su mayor crecimiento y la considerable disminución de la carga contaminante al planeta. Cabrales, quien ponderó todas las ventajas que para la preservación del medio ambiente tiene el uso de este combustible, enumeró también los beneficios desde el punto de vista económico, entre los cuales citó su costo de producción y de transportación.

Un ejemplo en ambos aspectos, según trascendió en la cita, es lo que ha acontecido con la ciudad de Medellín, considerada la segunda urbe en importancia del país, y donde el uso del gas natural en los vehículos del transporte público ha reducido, en los últimos seis años, en más de 100 toneladas las emisiones de material particulado fino y en 36 toneladas las de CO2. El reto entonces sería extender esta experiencia, lo cual implica la renovación de 33 000 vehículos de transporte público en distintas ciudades colombianas. Nada de ello sería posible, no obstante, sin políticas muy claras y una regulación oportuna, simple y flexible por lo cual abogaron en el congreso.