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lunes, 5 de febrero de 2018

Los niños y el racismo aprendido

Por DianaLeon

El concepto de raza y todos los que vienen asociados a ella, como el racismo, son vistas por la ciencia, como una categoría social y no natural. Y es que, más allá de los progresos en materia de igualdad, la discriminación por etnia o raza sigue siendo muy practicada. Muchas personas siguen pensando que el color de la piel determina la personalidad del individuo biológicamente. Argumentan erróneamente con argumentos pseudocientíficos que hay etnias superiores.

 

Sin embargo, ¿es la percepción racial un aspecto con el que nacemos o es aprendido? Un estudio internacional de la Universidad de Nueva York y la de Ámsterdam, prueba que la idea de raza vinculada a determinados rasgos que dividen a las personas en diferentes categorías, no es innata.

En el estudio se entrevistaron 203 niños de Nueva York de entre 5 y 6 años; y 430 adultos de distintas ciudades de Estados Unidos, tanto blancos como negros. Los investigadores preguntaron si consideraban el color de la piel como un rasgo heredado y si la raza determina cómo será cada persona cuando crezca.

Los resultados, publicados en la revista Child Development, indicaron que los niños no perciben el color de la piel como un factor determinante en la personalidad, sino que creen que lo más importante es el entorno en el que se desarrolla cada persona. Además, el criterio de los niños depende del entorno donde hayan crecido: si en su barrio, grupo de amigos y colegio conviven personas de distintos orígenes, la raza pierde importancia.

Tara M. Mandalaywala, coautora del estudio e investigadora del departamento de Psicología y Ciencias del Cerebro de la Universidad de Nueva York explicó que midieron dos factores que creen que podrían afectar lo que los pequeños piensan de la raza: la exposición a la diversidad y las creencias de sus padres sobre esta. Aunque señala que hay muchos más factores que también podrían influir, como los grupos de amigos o la escuela.

Al analizar los resultados, los científicos tuvieron en cuenta el entorno donde vivía los niños y sus respuestas variaban en dependencia de su exposición a la diversidad: aquellos de vecindarios en los que predomina una sola etnia daban más importancia a la raza en el desarrollo, mientras que los criados en barrios diversos entendían que es sólo un factor heredado y que el comportamiento depende del ambiente. Además, según los especialistas, las actitudes y el lenguaje empleado por los padres para referirse a personas de diferentes etnias influían en las creencias de los niños.

Mandalaywala indicó que estos resultados ayudan a entender cómo y cuándo se desarrollan los estereotipos y prejuicios sobre la raza y qué podríamos hacer para combatirlos.